A un cristiano le regalan un loro para que le enseñe a comportarse y no decir groserías,
Pero por más que le enseñaba, le leía la biblia y lo hacia oír música de reflexión, no conseguía que el loro cambiara, entonces en un mal día que tuvo aquel hombre el loro le grita miles de groserías, entonces toma al loro y lo mete en el congelador, pero luego de un momento de gritos y relinchos hubo silencio, el hombre temiendo haber matado al loro abrió la puerta de congelador y el loro sale tembloroso y con una voz muy dulce le dice: quiero presentarle mis disculpas por haberle gritado y haberle ofendido con mis groserías y berrinches, entonces el hombre asombrado le pregunta que le había pasado a lo que el loro contesta: nada, solo fue una revelación divina y añade; solo por curiosidad
que tan malo era ese pollo de allá dentro.
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