El famoso director de orquesta húngaro estaba desesperado:
- ¡En toda mi vida no había visto músicos más informales que ustedes...! ¡Cuando no es una cosa, es otra, pero el caso es que siempre se las arreglan para faltar a los ensayos...! ¡En mala hora acepté dirigir a la Orquesta Sinfónica de México...! Sólo uno de ustedes, el maestro Pérez,
primer violín, se ha presentado puntualmente a todos y cada uno de los ensayos, por lo cual le presento mis felicitaciones.
- ¡Gracias, señor director! De hecho, he estado viniendo a todos los ensayos porque, el día del concierto es cumpleaños de mi suegra y pues.... no voy a poder venir.
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