Era una vez una abuelita que estaba muy enferma, cuando llegan sus hijos y le empiezan a tomar sus medidas, la abuela pregunta:

- ¿Para qué quieren mis medidas? ¿acaso me piensan comprar un vestido?
Y le contestan:
- Claro, de qué lo quiere, ¿de roble o de caoba?

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